viernes, 9 de mayo de 2008

Fritis: el increíble pasado del alcalde de Chaitén

Estai' más frito que Fritis", decían hasta hace poco en Chaitén, con una mezcla de ingenio y humor negro, cuando a alguien le iba mal. La referencia viene tanto de las acusaciones de irregularidades que alguna vez se le hicieron al alcalde de la hoy abandonada comuna, José Miguel Fritis, como a la leyenda que arrastra. Porque Fritis parece un personaje de novela caribeña.

Los cuestionamientos que enfrentó lo llevaron a ser destituido del municipio, y la DC, su partido desde la adolescencia, lo expulsó. También sufrió enfermedades que lo tuvieron al borde de la muerte.

Pero Fritis nunca se sintió "frito". Dio la pelea y logró que la Corte lo absolviera. Recuperó su sillón en la alcaldía y si bien vive gracias a la diálisis, se mantiene sin grandes sobresaltos. Hasta se las ha arreglado para ser uno de los principales antagonistas de Douglas Tompkins.

Jefe del servicio secreto

Dentro de la DC Fritis integró un peculiar "lote" conocido como "Los salvadoreños", formado también por Marcelo Rozas y Miguel Salazar.

Hace tres décadas, siendo prosecretario de la DC, Fritis dejó todo y se fue a Venezuela, donde trabó lazos con el gobierno de Luis Herrera Campins. Luego hizo lo mismo con el guatemalteco Vinicio Cerezo. Esos contactos lo llevaron a instalarse en 1981 en El Salvador como asesor de José Napoleón Duarte. Su labor en las sombras era hacer inteligencia para desestabilizar a la derecha y a los guerrilleros. Entraba al despacho de Duarte sin anunciarse y manejaba los servicios de seguridad. Dicen que contaba con apoyo de la CIA. A esa altura, Duarte lo trataba de "Miguelito". Tenía tantos enemigos que 40 guardaespaldas lo cuidaban a diario. Se acostumbró a vivir armado y tuvo 7 atentados en su contra.

Finalmente, cuando Duarte entregó el poder el 88, Fritis volvió a Chile.

Veinte años más tarde gobierna desde Puerto Montt una comuna fantasma, que ya no tiene habitantes y que no se sabe si se volverá a poblar.