Está livianito el ambiente", ironizó el diputado UDI Patricio Melero mientras esperaba el ingreso del ex ministro de Vivienda Jaime Ravinet a la sala. Por casi dos horas la instancia destinada a indagar los pormenores de la reforma de transporte capitalino se había abocado a debatir, con vehemencia y duros calificativos, los detalles de la carta que el lunes los parlamentarios aliancista -Melero, Gonzalo Uriarte y Claudia Nogueira (UDI), y Cristián Monckeberg y Karla Rubilar (RN)- entregaron en la Fundación Democracia y Desarrollo, donde trabaja el ex Presidente Ricardo Lagos Escobar.
El tenor del texto -en que los legisladores llamaron al Mandatario a no tener "temor de asistir a una simple comisión"- fue fustigado por los diputados de la Concertación, que acusaron una "bajeza inaceptable", un "lenguaje arrogante" y una "falta de respeto". Eso sirvió para advertirle a Lagos Escobar que no acudiera al Parlamento, por no existir las garantías para un diálogo civilizado.
Así, las bancadas concertacionistas expresaron su molestia. Por ejemplo, la diputada PS Isabel Allende, dijo que se "ha roto un fair play" y "han demostrado que sólo les interesa la maniobra política menor, que era tratar de empañar la imagen del Presidente Lagos. Y nos duele mucho, porque hasta ahora habíamos hecho un trabajo muy serio", al tiempo que calificó de una "vulgaridad tremenda" el asedio a Lagos en su fundación. El diputado Carlos Montes también salió al ruedo y calificó la misiva como "muy insolente" y adujo que "no se asegura un respeto suficiente ni un buen trato" para que el ex Presidente pudiera responder ante la comisión. El PPD Patricio Hales, que preside el comité, sostuvo que ninguna de las explicaciones entregadas por la oposición justificaba los "insultos" encubiertos en críticas políticas hacia el ex Jefe de Estado.
En la Alianza, los reparos oficialistas fueron refutados con similar ímpetu. El diputado Monckeberg dijo que se estaba ante "una declaración histérica" en que el bloque concertacionista apela a la "deslealtad, se transforman en seudos custodios morales", sin poner el énfasis en los afectados por el Transantiago. "¿Alguien ha preguntado lo desleal que han sido con las personas y con la gente de la Región Metropolitana, por el transporte indigno que le están dando? ¿Alguien se ha preguntado de la falta de dignidad que existe con las personas? Ninguna, ninguna. Definitivamente a nosotros esto nos resbala", subrayó.
Melero, en tanto, admitió que la carta estaba preparada "desde hace tiempo" y que se elaboró por la reticencia de la Concertación a que una de sus principales figuras políticas fuera interrogada en el Congreso. De hecho, la explicación de todo este conflicto en el conglomerado gobernante es que la derecha está obsesionada con derribar a uno de los principales contrincantes para los comicios de 2009. Debido a esto las respuestas que Ravinet entregó en su presentación fueron festejadas por la Alianza.
"Él entraba a cortar"
La derecha buscó establecer cómo operaba el comité político presidencial de Lagos y fundamentar así la tesis de que en La Moneda sabía cómo operaría el Transantiago. Ravinet fue consultado por Rubilar respecto del "grado de involucramiento" del actual "enviado especial para el cambio climático" de la ONU en el plan de transportes.
El DC aseveró que era "un interlocutor preocupado de las cosas urbanas". "Lo normal es que funcionábamos en el comité de ministros cada tres semanas. Con el Presidente periódicamente; al menos tres veces al año teníamos reunión para darle cuenta. Sin embargo, cuando había conflictos, llegábamos donde el Presidente y él resolvía, como cuando salió Germán Correa".
La parlamentaria insistió y entonces Ravinet reafirmó sus palabras. "Me atrevería a decir que lo usual es que cada cierto tiempo dábamos cuenta al Presidente. Tenía un alto nivel de involucramiento, en lo macro y lo esencial, y cuando había conflictos en el comité de ministros, él entraba a cortar". Ante esta respuesta, Rubilar pidió que la frase quedara en actas y en un cuaderno especial.
El tenor del texto -en que los legisladores llamaron al Mandatario a no tener "temor de asistir a una simple comisión"- fue fustigado por los diputados de la Concertación, que acusaron una "bajeza inaceptable", un "lenguaje arrogante" y una "falta de respeto". Eso sirvió para advertirle a Lagos Escobar que no acudiera al Parlamento, por no existir las garantías para un diálogo civilizado.
Así, las bancadas concertacionistas expresaron su molestia. Por ejemplo, la diputada PS Isabel Allende, dijo que se "ha roto un fair play" y "han demostrado que sólo les interesa la maniobra política menor, que era tratar de empañar la imagen del Presidente Lagos. Y nos duele mucho, porque hasta ahora habíamos hecho un trabajo muy serio", al tiempo que calificó de una "vulgaridad tremenda" el asedio a Lagos en su fundación. El diputado Carlos Montes también salió al ruedo y calificó la misiva como "muy insolente" y adujo que "no se asegura un respeto suficiente ni un buen trato" para que el ex Presidente pudiera responder ante la comisión. El PPD Patricio Hales, que preside el comité, sostuvo que ninguna de las explicaciones entregadas por la oposición justificaba los "insultos" encubiertos en críticas políticas hacia el ex Jefe de Estado.
En la Alianza, los reparos oficialistas fueron refutados con similar ímpetu. El diputado Monckeberg dijo que se estaba ante "una declaración histérica" en que el bloque concertacionista apela a la "deslealtad, se transforman en seudos custodios morales", sin poner el énfasis en los afectados por el Transantiago. "¿Alguien ha preguntado lo desleal que han sido con las personas y con la gente de la Región Metropolitana, por el transporte indigno que le están dando? ¿Alguien se ha preguntado de la falta de dignidad que existe con las personas? Ninguna, ninguna. Definitivamente a nosotros esto nos resbala", subrayó.
Melero, en tanto, admitió que la carta estaba preparada "desde hace tiempo" y que se elaboró por la reticencia de la Concertación a que una de sus principales figuras políticas fuera interrogada en el Congreso. De hecho, la explicación de todo este conflicto en el conglomerado gobernante es que la derecha está obsesionada con derribar a uno de los principales contrincantes para los comicios de 2009. Debido a esto las respuestas que Ravinet entregó en su presentación fueron festejadas por la Alianza.
"Él entraba a cortar"
La derecha buscó establecer cómo operaba el comité político presidencial de Lagos y fundamentar así la tesis de que en La Moneda sabía cómo operaría el Transantiago. Ravinet fue consultado por Rubilar respecto del "grado de involucramiento" del actual "enviado especial para el cambio climático" de la ONU en el plan de transportes.
El DC aseveró que era "un interlocutor preocupado de las cosas urbanas". "Lo normal es que funcionábamos en el comité de ministros cada tres semanas. Con el Presidente periódicamente; al menos tres veces al año teníamos reunión para darle cuenta. Sin embargo, cuando había conflictos, llegábamos donde el Presidente y él resolvía, como cuando salió Germán Correa".
La parlamentaria insistió y entonces Ravinet reafirmó sus palabras. "Me atrevería a decir que lo usual es que cada cierto tiempo dábamos cuenta al Presidente. Tenía un alto nivel de involucramiento, en lo macro y lo esencial, y cuando había conflictos en el comité de ministros, él entraba a cortar". Ante esta respuesta, Rubilar pidió que la frase quedara en actas y en un cuaderno especial.
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