Pasadas las 16.oo de ayer los presidentes de los partidos de la Concertación abandonaron uno a uno La Moneda, donde minutos antes habían sostenido un almuerzo con la Mandataria Michelle Bachelet.
La última en bajar las escaleras que conducen hasta el segundo piso de Palacio fue la timonel DC, Soledad Alvear.La líder de la falange tuvo un desfase de 10 minutos con sus pares oficialistas. No se sabe qué conversó con Bachelet -con quien permaneció arriba-, sin embargo en los últimos días, y acorde se agudiza la crisis en la DC, la directiva que encabeza Alvear ha intensificado sus mensajes a La Moneda. ¿El motivo? Adelantar un ajuste ministerial.
Cercanos a la senadora por Santiago afirman que ella es una decidida partidaria de un cambio de gabinete. Y su principal objetivo es acentuar su ascendencia frente a la disidencia que encabeza Adolfo Zaldívar.
Con ello, Alvear se aseguraría el tutelaje del aparato estatal para neutralizar -y eventualmente alejar- a los partidarios del senador colorín, con quienes mantiene un enfrentamiento frontal desde que ese sector rechazó inyectar nuevos recursos al Transantiago para el 2008, en una crisis interna que se ha calificado como la más dura en las últimas cuatro décadas. "La idea es que sientan sobre sus cabezas la espada de Damocles", explica un estrecho asesor de Alvear.
La ofensiva de la líder DC ante Bachelet fue exteriorizada por la senadora ya el miércoles 21 en Cerro Castillo. En esa ocasión, Alvear fue explícita en insistir en que no debe haber margen mínimo de negociación con Zaldívar.
Estrechos colaboradores de Bachelet, en todo caso, desdramatizaron las presiones de la timonel DC para un ajuste de gabinete. En esa línea, afirman que desde hace meses la senadora ha levantado su voz para advertir sobre la necesidad de un cambio.
Ahora, bajo el mismo foco de lo planteado por la líder DC, fuentes de gobierno señalaron que no se castigará a ningún funcionario del Ejecutivo por su sola pertenencia al sector colorín. Eso sí, se tomarán medidas drásticas sobre todos aquellos que impongan una lógica partidaria en sus actuaciones.
El difícil escenario desatado por la rebeldía colorina también fue tema del almuerzo de los timoneles oficialistas con Bachelet. Allí hubo coincidencia en que era preferible negociar directamente con la Alianza antes de legitimar el rol de "bisagra" que pretenden instalar Zaldívar y Fernando Flores (Chile Primero) en el Senado.
CITA CLAVE
Este lunes, en tanto, la DC sostendrá una cita decisiva. En la tarde durante el consejo nacional de la colectividad se votará un informe de la comisión que establece normas para la relación entre los parlamentarios y el partido. En el texto se reflota una propuesta lanzada por el ex ministro Jaime Ravinet que apunta a dejar sin cupo a aquellos legisladores que se desmarquen de los acuerdos tomados por las instancias partidarias.
La norma -que apunta directamente a la disidencia- es parte de la ofensiva desplegada a nivel de bancada, donde se puso en jaque la continuación de Eduardo Díaz en la jefatura de comité, además de no incluir a los colorines en las invitaciones al extranjero y evaluar su permanencia a la cabeza de las comisiones.
La última en bajar las escaleras que conducen hasta el segundo piso de Palacio fue la timonel DC, Soledad Alvear.La líder de la falange tuvo un desfase de 10 minutos con sus pares oficialistas. No se sabe qué conversó con Bachelet -con quien permaneció arriba-, sin embargo en los últimos días, y acorde se agudiza la crisis en la DC, la directiva que encabeza Alvear ha intensificado sus mensajes a La Moneda. ¿El motivo? Adelantar un ajuste ministerial.
Cercanos a la senadora por Santiago afirman que ella es una decidida partidaria de un cambio de gabinete. Y su principal objetivo es acentuar su ascendencia frente a la disidencia que encabeza Adolfo Zaldívar.
Con ello, Alvear se aseguraría el tutelaje del aparato estatal para neutralizar -y eventualmente alejar- a los partidarios del senador colorín, con quienes mantiene un enfrentamiento frontal desde que ese sector rechazó inyectar nuevos recursos al Transantiago para el 2008, en una crisis interna que se ha calificado como la más dura en las últimas cuatro décadas. "La idea es que sientan sobre sus cabezas la espada de Damocles", explica un estrecho asesor de Alvear.
La ofensiva de la líder DC ante Bachelet fue exteriorizada por la senadora ya el miércoles 21 en Cerro Castillo. En esa ocasión, Alvear fue explícita en insistir en que no debe haber margen mínimo de negociación con Zaldívar.
Estrechos colaboradores de Bachelet, en todo caso, desdramatizaron las presiones de la timonel DC para un ajuste de gabinete. En esa línea, afirman que desde hace meses la senadora ha levantado su voz para advertir sobre la necesidad de un cambio.
Ahora, bajo el mismo foco de lo planteado por la líder DC, fuentes de gobierno señalaron que no se castigará a ningún funcionario del Ejecutivo por su sola pertenencia al sector colorín. Eso sí, se tomarán medidas drásticas sobre todos aquellos que impongan una lógica partidaria en sus actuaciones.
El difícil escenario desatado por la rebeldía colorina también fue tema del almuerzo de los timoneles oficialistas con Bachelet. Allí hubo coincidencia en que era preferible negociar directamente con la Alianza antes de legitimar el rol de "bisagra" que pretenden instalar Zaldívar y Fernando Flores (Chile Primero) en el Senado.
CITA CLAVE
Este lunes, en tanto, la DC sostendrá una cita decisiva. En la tarde durante el consejo nacional de la colectividad se votará un informe de la comisión que establece normas para la relación entre los parlamentarios y el partido. En el texto se reflota una propuesta lanzada por el ex ministro Jaime Ravinet que apunta a dejar sin cupo a aquellos legisladores que se desmarquen de los acuerdos tomados por las instancias partidarias.
La norma -que apunta directamente a la disidencia- es parte de la ofensiva desplegada a nivel de bancada, donde se puso en jaque la continuación de Eduardo Díaz en la jefatura de comité, además de no incluir a los colorines en las invitaciones al extranjero y evaluar su permanencia a la cabeza de las comisiones.
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