domingo, 18 de noviembre de 2007

“La actitud de Zaldívar es de permanente obstrucción”


De satisfacción por el acuerdo alcanzado en educación, y de preocupación por las consecuencias que pueda traer la votación ocurrida en la Cámara por la partida del Transantiago.
-Paradójico: un gol de media cancha a favor, y un autogol muy feo al minuto siguiente.
-Claro, pero creo que no se pueden comparar. El acuerdo de educación es algo que va a generar un efecto positivo al país a mediano plazo, irradia vibras positivas. Lo otro es un hecho muy negativo que hay que encapsular, hay que aislarlo.
-La gente no puede encapsular las largas esperas en los paraderos ni la sensación de sardinas en las micros.
-El Transantiago hay que mejorarlo, eso es otra cosa. Y hay que seguir adelante, pero la votación casi burlesca de entregar este subsidio de mil pesos es un hecho absurdo y al mismo tiempo negativo que hay que encapsular. Cómo se hace esto: encontrando sobre esa misma materia un acuerdo que resuelva el problema.
-Vamos primero a la reforma educacional. El senador Navarro dijo que no apoyaría un acuerdo tomado en la mesa del comedor de Viera-Gallo. ¿No le parece que ya es hora de invitar a Navarro a comer a su casa?
-El senador Navarro tiene que aplicar y votar lo que dice su partido. El PS discutió esto en cuatro ocasiones y tomó una decisión que, si no me equivoco, fue de 23 votos contra 3 en la Comisión Política.
-LA CONCERTACIÓN REAL
-Lado B de la semana: el Transantiago. ¿En qué va a usar los mil pesos que tiene aprobado?
-Esa es una broma de mal gusto hacia los ciudadanos, a la gente que usa el transporte público de Santiago, que en el fondo es un buen proyecto mal diseñado y mal implementado, sin los recursos necesarios, sin la tecnología. Lo que estamos haciendo es rescatar esa buena idea, pero para eso se requiere subsidio público, y negar el subsidio público a eso me parece una actitud de enorme irresponsabilidad.
-¿Tiene listo el decreto para pasarle plata al Transantiago administrativamente? Porque en el Senado el rechazo a las partidas es un negocio cerrado.
-No pierdo las esperanzas, al igual que el ministro Cortázar, de que nosotros podamos revertir la votación de la Cámara de Diputados.
-¿Cómo? ¿Usted va a dar vuelta el voto de Adolfo Zaldívar?
-Estoy pensando en un entendimiento con la oposición. La actitud que ha tomado el senador Zaldívar y los diputados que lo siguen genera una situación de mucha tensión dentro de la coalición de Gobierno, y que hace que hoy día sea muy difícil entenderse sobre estas materias. En cambio, he visto de parte de Lavín una declaración llamando al entendimiento, lo he escuchado también de parte de Evelyn Matthei varias veces, del senador Longueira, y tendremos que explorar eso. La derecha tiene que entender que negar la sal y el agua a los ciudadanos de Santiago puede llevar el sistema al borde del colapso.
-Longueira dijo que la UDI aprueba las platas para el Transantiago si el Gobierno pone a Lavín a cargo del tema. Parece algo justo y razonable en el nuevo clima de entendimiento que propicia la Presidenta Bachelet.
-Me imagino que es una manera de decirlo metafóricamente, que quiere decir que ellos estarían dispuestos a aprobar las platas si hubiera un protocolo de compromiso, de crear un marco regulatorio definitivo del sistema de transporte público del país en general, no sólo en Santiago, y nosotros con eso estamos de acuerdo.
-¿No es viable que Lavín u otro personaje de la Alianza se haga cargo del tema Transantiago, entonces?
-En política nunca se puede descartar nada, pero no creo que sea la voluntad de la Presidenta incorporar a personas como Lavín al que respeta mucho a cargos del gabinete.
-Puede no ser en el gabinete, sino mediante una autoridad especial o zar del transporte. ¿El Gobierno se abre a esa posibilidad?
-La pregunta tendría que dirigirla a la Presidenta de la República.
-Pero usted, como ministro de la Presidenta, ¿no lo descarta?
-Como ministro me parece altamente improbable. Pero no soy la persona para dar una respuesta definitiva sobre nada, porque depende de la confianza de la Presidenta, ella decide.
-¿Y no le parece razonable?
-No me había imaginado que Lavín iba a estar presente en el Consejo de Equidad y Trabajo, y sin embargo está presente, y es un aporte, y la Presidenta lo estima así.
-¿Usted quiere armar una negociación con la derecha para saltarse a Flores y Zaldívar?
-Todos los que quieran colaborar, encantados.
-¿No siente el Gobierno que la oposición está jugando al torturador bueno y al torturador malo después de esta semana?
-En general, la oposición ha dado muestras de responsabilidad: se incorporó al Consejo Asesor Presidencial para el Trabajo y la Equidad; estamos avanzando en materia de seguridad pública; hicimos un acuerdo importante sobre educación; en la reforma previsional hay una discusión parlamentaria razonable, porque el marco general ya está aprobado en forma unánime en la Cámara y en el Senado. Creo que estamos trabajando bien en la idea del pacto social de la Presidenta; ahora, que esa filosofía o modo de actuar no se aviene en absoluto con lo que hizo la oposición y algunos diputados de la Concertación en la Cámara de Diputados sobre el Transantiago, eso es evidente.
-¿Cómo ve la actitud de los dos presidentes de los partidos de la oposición en el tema Transantiago?
-No he hablado con ellos, pero espero que haya colaboración. Me parece que lo que hace Lavín es correcto: él señala cuatro o cinco temas sobre los cuales puede haber acuerdo, y espero que así sea, y que haya generosidad para lograrlo.
-Defina en una palabra la actitud de Adolfo Zaldívar.
-Persistente obstrucción.
-¿Por qué cree usted que está en esa actitud?
-Me gustaría saberlo. Él votó en contra la otra vez, trabajó activamente para que los diputados votaran en contra esta vez, no lo logró de todos, pero sí de un núcleo suficiente para que se rechazara. Tiene una actitud de invariable rechazo.
-¿Cómo ve el futuro del problema que significan los colorines?
-Me resulta incomprensible que un grupo de parlamentarios del Gobierno vote en contra del Gobierno. Si esto hubiera ocurrido en un régimen parlamentario habría caído el gabinete; normalmente, en los países en que esto ocurre se llama a elecciones anticipadas, especialmente cuando el disenso se produce en torno a un aspecto esencial de la Ley de Presupuesto. Votar en contra de la principal partida de la Ley de Presupuesto, que incide en el problema social más grave que tiene el Gobierno y la sociedad chilena en este momento, es un acto que no puede pasar inadvertido en la política chilena, pero para sacar consecuencias es muy prematuro.
-¿Tiene la Concertación fuerza para echar a grupos disidentes como los colorines o se tiene que tragar el sapo para no perder las próximas elecciones?
-Creo que la coalición que sustenta al Gobierno tiene que ser coherente y que hay márgenes y métodos legítimos de disenso, y hay conductas que, si las personas persisten en ellas, se apartan de la coalición.
-¿Es mejor que se vayan?
-Nunca es mejor que la gente se vaya.
-¿Y en este escenario?
-No soy quién para sacar conclusiones y menos en forma prematura, pero sí digo que los distintos responsables de la coalición, la propia Presidenta de la República, tienen que discutir muy a fondo este tema.
-Son pocos parlamentarios, pero su salida de la coalición alteraría el escenario político.
-Si se produjera un distanciamiento de ellos de parte de la coalición significa que ésta pierde la mayoría en la Cámara por primera vez en toda la transición, pero tampoco se saca nada con tener mayorías ficticias. Qué sacamos con tener mayorías en el papel si después no se ejercen.
-¿Asume que están en minoría, entonces?
-El PPD habló de una Concertación real, como si hubiera otra irreal; estos conceptos se están difundiendo. Aquí hay una Concertación que es real, la que funciona, la otra es por añadidura, depende de los temas. Llega el momento de sincerar las cosas.
-¿Cuándo será el momento?
-No lo sé, pero el tema del Transantiago es clave, marca un punto de inflexión, y lo que pase en el Senado será muy decisivo. LND

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