El secretario general de Chile Primero, Jorge Schaulsohn, criticó el proceso que llevó a la expulsión del senador Adolfo Zaldívar de la Democracia Cristiana, señalando que se trató de "una pugna de poder" sin "ideas detrás", donde sólo un grupo se preocupó de eliminar al otro.
El ex presidente del PPD fue unos de los personajes políticos que solidarizó ayer con Zaldívar, al visitarlo en su casa horas después de conocerse la decisión del Tribunal Supremo de expulsarlo de la DC.
"Es una pugna por el poder que cuando no se puede o no se quiere resolver por la vía del diálogo, se dice 'elimínese de todos los registros del partido', como si se tratara poco menos que de un delincuente. El pecado de Adolfo Zaldívar fue haber votado en contra de las platas del Transantiago, que parece no era tan urgente porque el gobierno dice que no tiene ningún apuro", expresó a radio Agricultura.
En este sentido, agregó que "no hay ideas detrás, es un grupo que quiere eliminar al otro para poder obtener prebendas, para escalar posiciones y obtener candidaturas".
Schaulsohn criticó a su vez el clima confrontacional que se observa en el mundo político, el que a su juicio, es percibido por la ciudadanía, de ahí a la mala evaluación de la clase política en las encuestas.
"El mundo político sigue siendo una bolsa de gatos, y no es en vano que las encuentras muestran que sólo 20 de cada 100 chilenos están por un candidato, y más del 80 por ciento no se siente identificado con ninguno", expresó, agregando que la polarización que se vio al interior de la Democracia Cristiana se asemeja a lo que se vivió en Chile en la década de 1970.
"A ratos me recuerda el deterioro de la convivencia que se produjo en la década de los 70, donde personas que compartían la misma mesa de repente se encontraron como adversarios y después como enemigos. Se dejaron de hablar, se dividieron, y al final terminaron exiliándose y asesinándose mutuamente", recalcó.
Finalmente, el dirigente de Chile Primero cuestionó la labor del presidente del TS falangista, Carlos Figueroa, a quien acusó de dirigir un proceso en que no hubo claridad, y que incluso vio filtradas sus conclusiones antes de tiempo.
"Veo a este niño (Sergio) Micco como si fuese un juez del santo oficio de la inquisición, con una frialdad además, leyendo una declaración que pone término a una militancia de casi 50 años. Además, cómo una persona como Carlos Figueroa puede presidir este travestismo judicial, donde no hubo un debido proceso", sentenció.
El ex presidente del PPD fue unos de los personajes políticos que solidarizó ayer con Zaldívar, al visitarlo en su casa horas después de conocerse la decisión del Tribunal Supremo de expulsarlo de la DC.
"Es una pugna por el poder que cuando no se puede o no se quiere resolver por la vía del diálogo, se dice 'elimínese de todos los registros del partido', como si se tratara poco menos que de un delincuente. El pecado de Adolfo Zaldívar fue haber votado en contra de las platas del Transantiago, que parece no era tan urgente porque el gobierno dice que no tiene ningún apuro", expresó a radio Agricultura.
En este sentido, agregó que "no hay ideas detrás, es un grupo que quiere eliminar al otro para poder obtener prebendas, para escalar posiciones y obtener candidaturas".
Schaulsohn criticó a su vez el clima confrontacional que se observa en el mundo político, el que a su juicio, es percibido por la ciudadanía, de ahí a la mala evaluación de la clase política en las encuestas.
"El mundo político sigue siendo una bolsa de gatos, y no es en vano que las encuentras muestran que sólo 20 de cada 100 chilenos están por un candidato, y más del 80 por ciento no se siente identificado con ninguno", expresó, agregando que la polarización que se vio al interior de la Democracia Cristiana se asemeja a lo que se vivió en Chile en la década de 1970.
"A ratos me recuerda el deterioro de la convivencia que se produjo en la década de los 70, donde personas que compartían la misma mesa de repente se encontraron como adversarios y después como enemigos. Se dejaron de hablar, se dividieron, y al final terminaron exiliándose y asesinándose mutuamente", recalcó.
Finalmente, el dirigente de Chile Primero cuestionó la labor del presidente del TS falangista, Carlos Figueroa, a quien acusó de dirigir un proceso en que no hubo claridad, y que incluso vio filtradas sus conclusiones antes de tiempo.
"Veo a este niño (Sergio) Micco como si fuese un juez del santo oficio de la inquisición, con una frialdad además, leyendo una declaración que pone término a una militancia de casi 50 años. Además, cómo una persona como Carlos Figueroa puede presidir este travestismo judicial, donde no hubo un debido proceso", sentenció.
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